Petra, palabra griega que significa "roca", es apta para nombrar a una ciudad excavada en los acantilados de arenisca del desierto, permaneció desconocida para el mundo hasta el 1812. En su punto máximo de explendor, Petra fue el hogar de unos 20.000 nabateos, que crearon un oasis artificial en medio del vasto desierto. Evidencias arqueológicas revelan aun las presas construidas, cisternas y conductos de agua para almacenar agua durante prolongados períodos de sequía. Poco a poco, la ciudad perdió su importancia comercial y fue decayendo finalmente. El lugar fue redescubierto por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt en 1812.
Las esculturas de piedra son simplemente increíbles. El lugar tiene un encanto mágico, misterioso y bello. Sólo un paseo puede darle la idea de lo que realmente es esta misteriosa ciudad construida dentro de enormes piedras.
Es una experiencia fantástica poder caminar por la ciudad rosa y explorar Siq, Al Khazneh, Tumba Real, Al Deir y las ruinas romanas. La iglesia bizantina, un famoso monumento bastante fascinante que aunque destruida por terremotos y grandes incendios, los visitantes pueden admirar los restos significativos de esta basílica de tres naves.
Las espectaculares ruinas de Petra son el testimonio real de la ingeniería nabatea y sus habilidades artísticas. La ciudad perdida está siendo descubierta hoy y el mundo moderno tiene la oportunidad de ver cómo era Petra hace unos 2.000 años. Una excursión de un día no es suficiente, hace falta pasar al menos dos o tres días para explorar las maravillas de Petra. En 1985, el Parque Arqueológico de Petra fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y ahora el lugar se añade en la lista de las nuevas Siete Maravillas del Mundo.
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